la ciudad creativa

Monday, November 27, 2006

belleza

música, viaje, monedas, bonjour, l’opera, aparcacoches, noche, beso, catedral, lluvia, cazadora, balcones, geranios, río, beaux-arts, gurú, jardín de infancia, adishatz, tormenta, corona, gala y dalí, pulseras, museu, cadillac, galatea, huevo, montañas, curvas, vino, fresas con chocolate, periódico, remo, bocadillo, barranco, vacío, hielo, feria, habas, amanecer, espalda, bicicleta, románico, sumiller, teatro, agua, sol, sonrisa...

Grandes palabras. Bellas, diría yo. Más bellas según se pronuncien...

Humberto Eco, en su libro ‘Historia de la Belleza’, introduce una cita que dice: “Una razón evidente de que muchos no tengan un sentimiento apropiado de la belleza es la falta de esa delicadeza de la imaginación necesaria para ser sensible a las emociones más sutiles...”

La humanidad, a lo largo, de su historia a buscando la belleza en la expresión artística; otros lo han buscado en la sabiduría de las personas; otros en los elementos más particulares del mundo; muchos seres humanos identifican la belleza en aquello que les gusta, que desean poseer. Otros, aunque difiera del deseo.

Esas pocas palabras que he escrito, aparentemente inconexas son bellas, mucho. Son bellas, quizás, porque fueron mías por unos días... El sediento que cuando encuentra una fuente se precipita a beber no contempla su belleza. Podrá hacerlo más tarde, una vez aplacado su deseo. Y esas palabras seguirán siendo bellas aún cuando pertenezcan a otra persona.

Hay tantas palabras con tanta belleza... El mayor tesoro, las palabras. El mejor motivo para cambiar una historia, para cambiar una vida. Cada una, con su momento y en su lugar. Cada una con su boca, con sus labios... Con unos, con los suyos. Esos.

La historia de la belleza se puede transformar con mucha facilidad en una historia de vida, de un mundo, sin que eso implique, necesariamente, que ni ese mundo ni esa historia hayan sido siempre especialmente bellos.

Más bien significa que a lo largo de días, meses, años, épocas, y de muy distinta manera, la belleza ha sido un propósito persistente y un anhelo profundo. La búsqueda de la palabra más bella: la buena, la oportuna, la que es para uno o para una... La búsqueda del más bello sol, del mar, el cuerpo, la falda, el libro, la cama más grande, la cara, la imagen, el café, la sonrisa o el olor más bello: el bueno, el oportuno, el de uno o el que es para una...

La belleza nunca parece ser suficiente.

Y esto es casi lo único cierto que puedo decir sobre ella...

Tuesday, November 21, 2006

Patatas con sabor a macarrones

He ido a Londres. Un fugaz pero intenso fin de semana.
Me ha gustado, claro, como las otras tres o cuatro veces que he ido.

He vuelto a ver los carteles luminosos de Picadilly Circus, las siempreazules fuentes de Trafalgar Square, la imponente fachada de Harrods, las siempre presentes obras de Westminster Bridge, decenas de japoneses haciendo fotos en la Abadía que ya es la de las pompas fúnebres de Lady Di…

Esta vez, me ha parecido más gran ciudad que nunca. Un poco, en el mal sentido de gran ciudad. Es una opinión y una sensación muy personal.

Grande, indudablemente, por sus dimensiones, pero, sobre todo, por la sensación de no poder andar por la calle entre tanta gente, por las inacabables colas para comprar billetes en el metro. Porque es casi imposible encontrar, de un día para otro, entradas para ver un musical…

Pero bueno, Londres es impresionante por muchas buenas razones. Desde luego que es bonita, preciosa, diría yo.

Es distinta a todas las ciudades, mezcla de ciudad moderna y a la vez absolutamente tradicional, atada a costumbres ancestrales, devota de familias sempiternas, admiradora de cambios de guardia que nunca cambian.

Impresiona, sí. Las construcciones, los edificios, las calles, el río impresionan.

Pero creo le falta estilo, le falta clase. No es por comparar, pero le falta el estilo y el diseño de Barcelona, el silencio, la calma, la clase de París. Le falta huir un poco del desorden y de la vulgaridad. Los que nacen y la malviven son quienes le dan esa vulgaridad.

Porque el diseño en Londres se paga, por cierto, a precio de oro. El estilo está escondido en exclusivos rincones. El silencio en Londres nunca lo he encontrado. La vulgaridad es accesible, lo demás, te lo cobran…

Lo exclusivo, lo diferente, lo estiloso es para victorias beckam y para los misteriosos pasajeros de blancas limusinas sobredimensionadas. Y las pobres princesas british de rubios cabellos se visten de fiesta, mueren de frío en sandalias y brillos de falso raso y strass, mientras esperan horas para tomar una copa con coca-cola de grifo en el supuesto selecto Café de París. Sí, el London Trocadero, club social de los principitos quinceañeros londinenses. Antes, ‘queue here’, otras tres horas para cenar una ‘caesar salad’ en Planet Hollywood...

Londres siempre huele a comida. Por donde quiera que vayas el olor es el mismo, a pesar de la diversidad de sabores de toda procedencia que puedes encontrar -¿Hay alguna comida típica que no sepa a ketchup?-. Los sabores distintos son aún un proyecto de I+D+i londinense…

En Londres, los niños de Cantabria que ahora sí pasan allí el fin de semana como quien lo pasa en la casa del pueblo, dicen que las patatas fritas saben a macarrones.

Snack foods are designed to be less perishable, more durable, and more appealing than natural foods. They often contain substantial amounts of sweeteners, preservatives, and appealing ingredients such as chocolate, peanuts, and specially designed flavors (such as flavored potato chips).

Foods manufactured primarily as snack foods are often subjectively classified as junk food: they have little or no nutritional value, and are not seen as contributing towards general health and nutrition...

Los niños que vuelve a Santander el domingo por la tarde ya saben que en noviembre ya están encendidas por doquier coloridas luces de navidad. Los niños saben que ya pueden comprarse un disfraz de santa claus, saben que, en Londres, todo se puede comprar…

Thursday, November 09, 2006

Amarillo

Salamanca es la piedra amarilla de que está hecha, y es la piedra amarilla la que crea Salamanca. Es la ciudad que se hace de sentimiento, y es el sentimiento el que emana de la roca. Menhir penillano anquilosado en la tierra, profundo. Piedra angular del ayer y del mañana, de nosotros.

Es la gente que viene y que va, que nunca se queda pero que siempre permanece. En los bancos universitarios de madera rústica, en los adoquines de las calles que llevan al vórtice de la vida.


Los días en Sala se congelan con los vientos que recorren los pasillos catedrales, y los años descansan sobre una calavera.
Las 4 columnas que cargan Anaya, las cuatro estaciones que allí te esperé. Las cuatro estaciones que vieron al Jardín nacer, crecer, saber y morir.

El río es la vida que va al mar a desaparecer, pero nada más desaparece en Salamanca. Ni nosotros que ya no estamos, ni los que están aunque ya no nos veamos...

Pequeña, orgullosa, redonda, celeste, concurrida, amarilla, rotunda, antigua, presente, eterna. Inconfundible. Salamanca.

Indulto para las ensaimadas y las sobrasadas

Leo en la web de la Cadena Ser, con sorpresa, que AENA ha indultado a las ensaimadas y las sobrasadas. Lo vuelvo a leer por si acaso, pensando que en la radio de Jesús del Gran Poder estaban en medio de un proceso alucinógeno, o simplemente de broma.

Pero no. Los que están para reportaje de Iker Jiménez son los de AENA. No sé si estamos todos locos, o nos quieren volver locos, poco a poco.

Porque lo de la bolsita transparente (la de la foto que ilustra este comentario) de unos 20 centímetros con un número limitado de aseo personal, en envases de 100 mililitros máximo por unidad, también es de nota. Quiero decir que denota que están fatal.

Lo de los bebés es grandioso. Parece ser que se puede llevar leche, zumo, e incluso productos diéteticos y medicamentos. Así como los típicos y sabrosos potitos. Eso sí, te pueden exigir que demuestres que son auténticos. Ya estoy viendo la escena. El agende de seguridad diciéndole al padre de la criatura:

"Cómete el potito, cómete el potito, venga"

"Agente, si es que acabo de tomarme un cortadito y no me entra"

"Tú traga y no dejes nada, eh?. Que tengo que averiguar si es auténtico"

Volviendo al tema de las ensaimadas y sobrasadas, quiero reivindicar el indulto, también, para los petit suisse rellenos de chocolate (los de crema pastelera no, porque son muy peligrosos), propongo salvar de la quema, también, a los yogures de beber, sobre todo los que tienen tropezones, y por supuesto, espero que AENA no se olvide de indultar al ya típico zumo en envase tetrabrick con pajita (sí, ese que cuando pinchas el aluminio siempre sale el zumo por todas partes).

Poniéndome un poco serio, es penoso ver como nos han convertido a toda la humanidad en sospechosos, incluso a veces te tratan como tal, mientras seguimos mirando para otro lado y olvidándonos de las verdaderas causas de los desequilibrios sociales, económicos y militares.

Y otra cosa, aquí nos las pusieron en el tren, y seguimos mirando a los aeropuertos. Pero bueno, eso también debe ser otro efecto colateral de la globalización yankee.

El señor de la guerra

Ese mural está situado justo enfrente de la embajada de USA en la Habana. Son fotos de las terribles torturas que los soldados norteamericanos practicaron a los prisioneros de la guerra de Irak.

En Cuba pusieron ese mural en el Malecón para, siguiendo una vieja táctica de la guerrilla, ir minando la moral del enemigo, que tiene que contemplar, permanentemente, el testimonio gráfico de sus propios desmanes.

Otro día hablaré (hay tanto que contar) sobre La Habana y sobre Cuba. Hoy prefiero centrarme en festejar el resultado de las Elecciones en EE.UU.

Bush ha perdido el Congreso y seguramente, también, el Senado.


Pero lo mejor de todo es que se han cargado a Rumsfeld. El señor de la guerra.

No sé cuánta gente se podría ir tranquila a dormir pensando que su contribución a la humanidad ha sido esa.

Pero no es suficiente. Y espero que los demócratas no se rajen ahora.

Stop Bush!

A la misma hora que pasaba eso, el ejército Israelí mataba a 23 personas, en Irak dos atentados provocaban 25 muertos y 46 heridos, y en Pakistán un terrorista suicida mataba a 24 soldados.

Bush ha contribuido a construir un mundo más inhumano, más inseguro y más putrefacto.

Es un personaje tan siniestro como Pinochet. La única diferencia es que Pinochet llegó al poder con un golpe de Estado contra el Presidente Allende, y Bush lo hizo gracias a un pucherazo electoral orquestado por su hermano el gobernador.

Pinochet está moribundo y, en breve, dejará de hacernos sufrir al verlo vivo.

Bush está muerto políticamente, y en poco tiempo tanto él como sus colaboradores e ideólogos neocons serán historia al frente de la nación más poderosa del planeta.

El mundo se lo agradecerá. Yo el primero.

No hay nada menos creativo que la guerra.

Wednesday, November 08, 2006

La ciudad del Greco


(Escribo de nuevo este comentario sobre Toledo, porque los duendes de internet se lo habían llevado a otro punto de la red)

En el corazón de Toledo, un tajo que limita la ciudad.

Maravillosa ciudad, fusión de tres culturas.

Catedral, mezquita y sinagoga.

¡Que mayor alianza de civilizaciones que ésta!

Retablo de Berruguete que vigilan las Madres Agustinas y frescos de Goya que dan vida a la imponente Catedral.

Todo muy bien conservado, hasta la ideología y los símbolos que manchan.

El emblemático edificio de la presidencia de la Junta guarda, aún, un leve tufillo rancio.

Encuentro un hueco para algo de salmorejo con crujiente de ibérico, lomo de ciervo con crema de manzana y mazapán.

Aún así, hace más frío del que parece.

Más sin ti.

BCN is not the same

En camisetas, complementos y prendas varias de una conocida marca de ropa muy barcelonesa -‘Desigual’-, puede leerse ‘Bcn is not the same’, haciendo alusión al nombre de marca y a las indudables peculiaridades de la capital de Catalunya.

Estoy muy de acuerdo con la frase.

En unos días voy a emprender lo que en el argot viajero se conoce como ‘escapada’ a la ciudad condal.

A lo largo de los últimos pocos años he ido a Barcelona más una decena de veces. Normalmente, de ocio.

Una de las conclusiones que extraigo es que Barcelona es inacabable. Con Barcelona, salvando las diferencias obvias en las dimensiones, me pasa como con París, que es inagotable. Vamos, lo que en Cantabria se viene llamando infinita… (En esto si que, en mi opinión, hay que salvar algunas distancias…)

Bcn lo es por todo lo que ofrece: monumentalidad, mar, paisajes, diseño, vanguardismo, cultura, en definitiva, oportunidades… Ya tengo pensados, al menos, tres cosas que visitar y que nunca he visto…


Siempre es inacabable porque siempre es nueva, y lo es por espíritu, por estilo, por imágenes, por rincones, por su gente -los visitantes, y los barceloneses-, por los barrios –Gracia, gran lugar…- . Los paseos nunca se acaban en Barcelona, porque está hecha para recorrerla despacio y observarla, porque está hecha para las personas, para vivirla.

Por eso, siempre que he ido, me ha aportado sensaciones, experiencias y vivencias muy diferentes. Bcn is never the same…

Espero este viaje con muchas ganas. Por razones diversas.

A la vuelta contaré algo nuevo de Barcelona. A la vuelta, contaré una nueva Barcelona

Thursday, November 02, 2006

Viajar por adicción

Una, últimamente, se ha acostumbrado a viajar con cierta frecuenta. Ya sea a las diversas realidades nacionales de este lugar llamado España, ya sea los ‘países vecinos’, ya sea a otros más lejanos allende los mares…

Cuando la frecuencia en los viajes disminuye, una empieza a sentirse incómoda, como que le falta algo, como que necesita poner kilómetros de por medio.

Pasado algo de tiempo -no mucho, todo hay que decirlo- desde el último viaje a tierras ‘moras-fenicias-cristianas-gaditanas’ empiezo a necesitar ver otros lugares distintos a la realidad y los paisajes cotidianos; oler otros olores, ver otro sol, otro cielo, otro mar, otro horizonte, otras miradas, otros colores de piel. Siendo necesidad de oír otras voces y escuchar otras historias.

Quiero viajar más. Ya, ahora…

Puede parecer una huida de algo. Estoy segura de que no lo es. Ni mucho menos. Simplemente, lo de viajar es una gran costumbre que se ha hecho habitual, que se ha convertido en necesidad, y de la necesidad, creo que ha surgido una cierta adicción.

Dice la wikipedia que Adicción es “aquella situación en la que se necesita algo concreto para sentirse confortable, y cuando no se puede conseguir produce malestar”.

Pues eso…

Esta adicción mía hace que si tengo un rato libre y un ordenador delante, busque viajes todo el rato, los destinos más atractivos, las mejores combinaciones, la mejor manera de ajustar los días de asuntos propios con las vacaciones para que los puentes coincidan mejor y sean lo suficientemente largos. Bueno, eso es una afición intrínseca a la condición de empleado público…

Y colecciono, leo y releo revistas de viaje -apasionante mundo ese, por cierto-, guías, folletos… Las revistas me hacen sentir una envidia más dolorosa al ver las fotos de lugares maravillosos del mundo, los rincones en los que nunca he estado y quiero ir a todos… y crece mi necesidad/adicción… uff

Y me pasa otra cosa más. Y sólo me ocurre con el tema de los viajes. Es el único tipo de publicidad que llega a mi correo electrónico y no va directamente a la papelera de reciclaje… Y no sólo eso, sino que, además, abro el anuncio, profundizo, llego a considerar las propuestas, e incluso lo reenvío a los conocidos….

Creo que los preparativos propios de cualquier viaje me encantan. Enganchan. Y cuanto más a última hora, más vértigo y mejor te sabe el viaje… Ya se trate de uno pequeño o uno grande, cerca o lejos, ligero de equipaje o no (aunque de eso casi nunca soy capaz…). Siempre hay algo que preparar, algo que leer, que comprar, alguna visita que organizar, un lugar, un pueblo, una ciudad, un monumento sobre lo que documentarse. Cualquier viaje es bueno para comprar una guía más…

Y luego está la vuelta. Porque cuando ya, inevitablemente, debe una retornar a la realidad cotidiana, sólo tienes ganas de ver las fotos, una y otra vez. Quieres contar los lugares que has visto, las personas que se han cruzado en tu camino. Compartir los recuerdos… Los viajeros retornados podemos llegar a ser muy muy pesados con las historias y las fotos…

Conservo recuerdos en mi mente de todos y cada uno de mis viajes. Son imágenes y experiencias que permanecen por mucho tiempo.

No hay mejor afición ni mayor adicción que viajar.

No hay nada que te haga sentir tan libre como viajar cuando y a donde quieras. Lo recomiendo. Todo el mundo tendría que viajar más. Casi como una obligación…